En biología, el egoísmo es la tendencia de un organismo hacia su propio bienestar a expensas del de los otros. Esta tendencia se opone al altruismo que es el patrón de comportamiento animal en el cual un individuo actúa, incluso poniendo en riesgo su propia vida, para proteger y/o beneficiar a otros miembros del grupo. En este escrito usaré los términos altruista y egoista en este sentido, sin valorar como malo el egoismo ni como bueno el altruismo.
Podríamos ver que en todas las especies animales sus individuos se mueven entre los dos polos opuestos del altruismo y del egoismo. Si calculásemos el porcentaje de tiempo que se dedica a actividades de uno y otro tipo es evidente que si el comportamiento egoista en un espécimen es del 70% su comportamiento altruista será del 30%, si consideramos todas las acciones posibles como de uno u otro sentido. Todo ello con el permiso del Señor Dawkins y su teoría del gen egoista.
Un especímen nunca puede ser 100% altruista, puesto que moriría de inanición, pero si un 100% egoista, si contamos que el acto reproductivo es un acto egoista ya que es la perpetuación de los propios genes. Por ello nos movemos desde las especies 100% egoistas como por ejemplo la viuda negra, la mantis religiosa o el tiburón blanco, que no colaboran con otros miembros de su especie e incluso llegan a practicar el canibalismo. Por otro lado especies con un alto grado de altruismo serían las hormigas, termitas, abejas, como principales ejemplos, donde llegan a dar la vida por defender la colonia.
El ser humano es una especie con un punto intermedio entre ambos polos, algo bastante común entre los mamíferos como los homínidos, cánidos y otros que viven en manada y por tanto se relacionan entre si con mayor o meno grado de colaboración y con cuidado de las crías, que ya es un acto altruista puesto que no siempre se cuida solo a las crías propias.
Por ello, las sociedades humanas se han movido desde formas mayormente egoistas, el neoliberalismo y el capitalismo más puro, a formas con mayor grado de altruismo, las sociedades tribales en su mayoría, el comunismo y el socialismo. Si bien dentro de las formas organizativas de las sociedades los individuos pueden actuar de forma contraria a la sociedad, tanto como egoistas dentro de una sociedad altruista, dirigentes comunistas que se enriquecen a costa de la sociedad, o como altruistas dentro de una sociedad egoista, miembros de una ONG en EEUU.
El egoismo del capitalismo o el neoliberalismo es debido a que priman el bienestar de cada individuo sobre el bienestar social, amparados en que si todos luchan por ser lo más feliz posible y enriquecerse lo más posible eso llevará a la riqueza de todos y a la máxima felicidad social. Por tanto un indivíduo ideal capitalista sería aquél que sólo se dedica a trabajar y a mejorar por si y para si mismo y su familia, que es la principal parte altruista del modélo.
El altruismo del comunismo está en su propuesta de reparto de todas las riquezas por igual, pensando en que al tener todos como mínimo para comer serán felices y por tanto el bien social lleva al bien individual. Un individuo socialista ideal sería aquel que trabaja por la creación de la riqueza para la sociedad, que tenga familia para perpetuar la sociedad, que sus propiedades sean las necesarias para que haya reparto social.
Sin embargo los dos modelos son un fracaso, el comunista ya hace tiempo que fracasó, como en la URSS o China, donde se terminó la sociedad comunista aunque en China siga en lo político la apariencia de serlo. El fracaso capitalista lo estamos viviendo ahora, con una crisis generalizada por un modelo donde el egoismo de los más ricos hace que los más pobres lo pasen mal y al final la sociedad esté pidiendo un cambio a gritos.
El motívo del fracaso en ambos casos, curiosamente, es el mismo. Ambos fracasaron por no tener en cuenta la dualidad del ser humano, no tuvieron los comunistas en cuenta la parte egoista del ser humano y no tuvieron en cuenta los capitalistas la parte altruista del ser humano.
El caso comunista es más fácil de ver, la parte egoista de cada ser humano no se sacrifica por los demás, o lo que es lo mismo el ser humano necesita satisfacer su ego, por lo cuál un comportamiento altamente altruista obligado lleva a la corrupción para satisfacer al egoismo individual. La corrupción es el enriquecimiento fuera del sistema, por tanto ilegal, que genera que las otras personas tengan menos para repartir, en el caso del comunismo, y que la economía se resienta. Además la falta de incentivos para el esfuerzo, hace que las personas tiendan al mínimo posible, para dedicarse tiempo a si mismas.
El caso comunista es más fácil de ver, la parte egoista de cada ser humano no se sacrifica por los demás, o lo que es lo mismo el ser humano necesita satisfacer su ego, por lo cuál un comportamiento altamente altruista obligado lleva a la corrupción para satisfacer al egoismo individual. La corrupción es el enriquecimiento fuera del sistema, por tanto ilegal, que genera que las otras personas tengan menos para repartir, en el caso del comunismo, y que la economía se resienta. Además la falta de incentivos para el esfuerzo, hace que las personas tiendan al mínimo posible, para dedicarse tiempo a si mismas.
En el caso capitalista, el comportamiento premiado es el egoista, lo cuál lleva a que las personas compitan y potencien ese lado frente al altruista. Es más dificil de ver el motivo del fracaso porque el comportamiento humano tiende a ser más empático y generoso cuanto más cercana son las personas. Sin embargo los fallos intrínsecos del sistema son dos, también, en este caso y los podemos ver en la crisis actual.
Primero que el ser humano necesita ambas partes, aunque en el sistema tiene formas de canalizar la parte altruista como son la familia y las ongs, precisamente el potenciar el lado egoista hace que muchas familias fracasen por actuar algún miembro, o todos, sólo en su propio beneficio y que haya corrupción en la política, las ongs, los sindicatos y cualquier otra institución donde el lado principal debería ser el altruista, lo que lleva a la desconfianza en esas instituciones y al fracaso del sistema por el de ellas ya que son necesarias para controlarlo.
El segundo motivo es que al aumentar la proporción de la parte egoista, o encerrarla sólo en el terreno de la familia, el ser humano realiza acciones que, de tener la parte altruista normalizada, no realizaría. Esto hace que podamos ver a otros seres humanos como meros números a la hora de realizar cálculos empresariales o sociales. Lo que nos ha llevado al fracaso porque si bien termina enriqueciendo a unos pocos, necesita del gasto de todos, ya que las fábricas y servicios no pueden mantenerse sólo con la población más adinerada, por tanto al haber menos para gastar en la mayoría de las personas la economía se contrae.
Si en un país capitalistas las empresas, para aumentar el beneficio o para no bajarlos, despiden trabajadores, aumentan horas de jornada con el mismo salario, disminuyen o suben por debajo del IPC el salario, es decir, sus empresarios actúan de forma egoista, y los políticos son corruptos, aumentan impuestos, disminuyen prestaciones y gasto público, sin disminuir sus propios salarios, osease actuando para si mismos. Si en ese mismo país cada uno actúa primero en su propio bien, desconfiando de todo aquel que pueda parecer que actúa en busca del bien ajeno o del bien común, sumando ambas cosas ese país sólo puede ir a peor.
Por todo ello, hay que buscar un sistema intermedio, que satisfaga ambas partes en el ser humano, controlando la parte egoista sin anularla, potenciando la parte altruista sin que sea la que controle toda la sociedad.
Primero que el ser humano necesita ambas partes, aunque en el sistema tiene formas de canalizar la parte altruista como son la familia y las ongs, precisamente el potenciar el lado egoista hace que muchas familias fracasen por actuar algún miembro, o todos, sólo en su propio beneficio y que haya corrupción en la política, las ongs, los sindicatos y cualquier otra institución donde el lado principal debería ser el altruista, lo que lleva a la desconfianza en esas instituciones y al fracaso del sistema por el de ellas ya que son necesarias para controlarlo.
El segundo motivo es que al aumentar la proporción de la parte egoista, o encerrarla sólo en el terreno de la familia, el ser humano realiza acciones que, de tener la parte altruista normalizada, no realizaría. Esto hace que podamos ver a otros seres humanos como meros números a la hora de realizar cálculos empresariales o sociales. Lo que nos ha llevado al fracaso porque si bien termina enriqueciendo a unos pocos, necesita del gasto de todos, ya que las fábricas y servicios no pueden mantenerse sólo con la población más adinerada, por tanto al haber menos para gastar en la mayoría de las personas la economía se contrae.
Si en un país capitalistas las empresas, para aumentar el beneficio o para no bajarlos, despiden trabajadores, aumentan horas de jornada con el mismo salario, disminuyen o suben por debajo del IPC el salario, es decir, sus empresarios actúan de forma egoista, y los políticos son corruptos, aumentan impuestos, disminuyen prestaciones y gasto público, sin disminuir sus propios salarios, osease actuando para si mismos. Si en ese mismo país cada uno actúa primero en su propio bien, desconfiando de todo aquel que pueda parecer que actúa en busca del bien ajeno o del bien común, sumando ambas cosas ese país sólo puede ir a peor.
Por todo ello, hay que buscar un sistema intermedio, que satisfaga ambas partes en el ser humano, controlando la parte egoista sin anularla, potenciando la parte altruista sin que sea la que controle toda la sociedad.
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