Han vuelto a matar, los terroristas han acabado con la vida de muchas personas a lo largo de la historia, pero además dejan otras víctimas. También lo son la convivencia, el respeto, la libertad y en general nuestra sociedad se ve dañada.
No han sido tantas como en EEUU el 11 de Septiembre, ni si quiera tantas como en Madrid, nuestro triste 11 de Marzo, pero por el contrario la facilidad con la que se ha preparado, la facilidad aparente de usar un par de rifles de asalto contra gente desarmada y en pánico, que simplemente se hayan puesto de acuerdo 3 locos pertenecientes a una secta que se dice del Islam, y que tiene tanto de Islam como otras sectas de Hindú o Cristianismo.
La violencia nunca será la respuesta, y menos contra inocentes, esta frase es tan válida para los terroristas como para los intolerantes. Nos encontramos en una situación difícil, porque los intolerantes se mezclan entre personas que conviven en paz, tanto los asesinos como los que pintan odio en las paredes.
Unos han matado, si, pero otros quieren matar la convivencia, difunden mensajes de odio que, al fin y al cabo, fueron el origen del odio de los que han matado. El objetivo de los primeros es imponer su religión, el objetivo de los segundos es que no haya convivencia entre religiones. Los primeros ponen de pretexto la religión, las cruzadas o el dominio de occidente sobre los países árabes, los segundos ponen de pretexto la violencia de los primeros, las diferencias religiosas y la yihad. Ambos dicen que el otro empezó primero, ambos ven la cultura del otro como mala, peligrosa, inmoral.
Nosotros y nosotras, personas de todas las religiones o ateas, que queremos convivir en armonía y paz, enriqueciéndonos con la diversidad, al estilo de aquellos reinos de Al-Andalus y de la Castilla de Alfonso X que fueron la luz de la Europa medieval y gracias a los cuales muchos textos de filosofía sobrevivieron a la barbarie europea, somos quienes debemos dar ejemplo de convivencia. Los violentos siempre se ayudaran para generar más violentos de la marginalidad, el miedo, el aislamiento, el desconocimiento, la incultura, nosotros y nosotras debemos luchar contra esas lacras sociales para quitarles su fuente de odio.
Quiero terminar diciendo que de todas las personas creyentes con las que me he cruzado hay dos que son ejemplo de tolerancia en mi vida, una es cristiana y la otra musulmana, ambas me demostraron en un momento de mi vida que se puede ser muy creyente y a la vez muy tolerantes, ojalá en un futuro las personas como estas sean las únicas que haya en las distintas religiones.
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