lunes, 18 de noviembre de 2013

Igualdad legal e igualdad social.

Tanto hablar del libro "Cásate y se sumisa" pero no nos acordamos de los textos que nuestro "querido" presidente escribió sobre la igualdad, aunque no directamente se refería a la igualdad de género pero está implícito en el texto. Leyendo esos textos veremos que seguramente Rajoy no ande muy lejos de las tesis del libro.


No voy a analizar el texto de Rajoy, que para eso puedes leer este artículo de el diario, ni a responderlo y explicar porqué en EEUU hay Universidades que lo difunden, que para eso puedes leer el artículo de este enlace. Ni si quiera voy a entrar a discutir si hay o no diferencias genéticas, porque nos debe dar igual. La igualdad, la verdadera igualdad, no es que seamos iguales (en todos los aspectos), eso es una falacia, una simplificación del argumento para poder atacarlo de forma pseudocientífica.


Es evidente que no somos iguales genéticamente, somos diferentes en altura, género, color de ojos, de pelo, inteligencia (en cada uno de sus tipos y expresiones), es la base de la evolución. Pero esa desigualdad no se puede trasladar a la legislación, a no ser que sea para corregirla. Igualdad legal no es darle a todas las personas lo mismo, es ayudar más al que más falta le hace y menos al que menos. Las leyes pueden contener una diferenciación si con ello se persigue corregir una desigualdad, por ejemplo, la ley sobre violencia de género protege más a la mujer que al hombre en casos de violencia familiar por dos razones, la diferencia biológica y, sobre todo, la diferencia tradicional que hace que mientras mueren todos los años mujeres a manos de sus parejas o exparejas no haya casi datos de lo contrario.

La igualdad social se alcanza cuando una mujer y un hombre pueden desarrollar intelectual y profesionalmente sin escuchar nunca "eso es de hombres" o "eso es de mujeres". Las frases "yo no soy racista pero...", "yo no soy homófobo pero..." o "yo no soy machista pero..." son el preludio de una frase que demuestra que si se es racista, homófobo o machista, también deberían de desaparecer. Es una igualdad más difícil de conseguir, a la que debe ayudar la legislación y más la acción del gobierno con campañas que la promocionen. Pero sobre todo debemos ayudar todos y todas con nuestras acciones y palabras. Somos los responsables de que la sociedad sea o no igualitaria.

¿Cómo ir a por ambas igualdades? La legal, sólo pueden cambiarla el poder legislativo, que son a quienes votamos en las elecciones, así que la respuesta es obvia. La social requiere de un esfuerzo común, diario, que puede parecer inútil y que tiene las piedras en el camino que nos ponen libros como "Cásate y se sumisa". Por ello, ánimo, valor y sigamos en la lucha, que el objetivo merece el esfuerzo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario