lunes, 7 de octubre de 2013

Hace falta un nuevo sindicato

Unión sindical, la fuerza del trabajador.

Puede que hace años el modelo actual de sindicato fuese adecuado, la falta de medios o de personas implicadas, la clandestinidad y el exilio hicieron un modelo de democracia indirecta, pero ya está anticuado.

Un sindicato alejado de sus afiliados, que recuerda más a una empresa de servicios y que recibe ataques diarios de los medios de comunicación debe replantearse cambios internos, estos son según mi opinión los que necesita el sindicato al que pertenezco, UGT, en una carta abierta a compañeros y compañeras.En mi opinión, la primera reforma a realizar en el sindicato es la democracia interna. Un sindicato de clase, democrático, debe intentar estar lo más cerca posible de su afiliación, para ello los cargos no deberían ser elegidos en congresos, ya que la democracia es totalmente indirecta en ellos. Cada afiliado o afiliada debería poder votar directamente los cargos de su ámbito, ya sea la sección sindical, la federación o la unión a todos sus niveles. Votar en la sección sindical a los que van al congreso sectorial provinical, que esos representantes voten a quien les parezca en el congreso de federación y así susesivamente no es precisamente acercar el sindicato a sus afiliados y afiliadas.

Con ello se conseguiría que la gente se sintiera más implicada, más cercana a su sindicato, que es otro de nuestros problemas, la cercanía. Por mucho que haya móviles, ordenadores e internet, que facilitan llegar a todo el mundo, los delegados y las delegadas son nuestra imagen en las empresas, por tanto debemos de intentar que cada persona que acepta la dificil misión de representar a sus compañeros tenga la formación, tanto técnica como política e histórica. Deben conocer que significa ser sindicalista, que obligaciones tiene y que medios para realizar su trabajo. El principal trabajo de la estructura sindical debe ser que cada uno tenga el mayor apoyo posible. No deben importar el número, si no la calidad de delegados y delegadas.

Por último, hay que proponer un cambio en el sistema dentro del cuál funcionamos. Por un lado cambiar la subvención estatal, que tan mala imagen da. Hoy en día los no afiliados no ponen un euro en el sindicato pero luego tienen un convenio colectivo que se negocia con gastos del mismo, ante esto o el estado compensa (como se hace ahora) o se paga algo por parte de los no afiliados, esto último es lo que propondría, como en el modelo alemán, un 1% del salario de todas las personas que no estando afiliadas trabajen bajo un convenio firmado por los sindicatos con la patronal, ese dinero se repartiría entre sindicatos firmantes según se establezca. Por otro lado, hay que acabar con las elecciones sindicales, sustituirla por representantes según afiliados, con los mismos derechos que los actuales representantes.

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