viernes, 25 de octubre de 2013

La financiación de los sindicatos.

Existe un problema que parece preocupar mucho tanto a la izquierda más radical cómo a la derecha, al menos eso parece cuando uno los escucha o lee, la financiación de los sindicatos.


Parece lógico que alguien no tiene que financiar a los sindicatos con sus impuestos si no está de acuerdo con sus ideas, pero no siempre lo es. No es lógico que alguien se queje de que reciba dinero público un sindicato mientras su periódico, su partido o su empresa lo recibe, seguramente hasta con menos control. Es totalmente lógico que la población quiera que todo dinero público que se gaste, sea en lo que sea, esté controlado por el estado y se gaste en lo que está estipulado por el mismo.


Parece lógico, pero no lo es, pensar que si no pertenezco ni quiero pertenecer a un sindicato, ¿porqué he de pagar su funcionamiento? Pues sobre todo porque si tienes un contrato laboral el sindicato te da unos servicios marcados por la ley, el más importante de ellos es negociar tu convenio colectivo que marca cuanto cobras y tus derechos. Por tanto, aceptando que es necesario un cambio en la financiación y no seguir con la misma, aunque este modelo sea el más extendido por Europa, ¿que modelo podríamos tener? Hay tres posibilidades:

1º Que sólo paguen los afiliados, los sindicatos tienen que financiarse con su propia cuota. Claro que entonces los sindicatos sólo atenderían a sus afiliados y afiliadas, ya que se atendería sólo a quien nos paga. Además sería injusto que los convenios firmados por representantes sindicales, que al fin y al cabo son personas formadas y asesoradas por los sindicatos, se aplicaran a las personas no afiliadas, así que junto a eso tendría que venir que a los no afiliados no se les puede dar las condiciones de los convenios, para ser justos. Esta forma me parece negativa para la clase obrera y muy positiva para las empresas. Es el modelo EEUU donde para trabajar tienes que estar afiliado al sindicato correspondiente, que no son sindicatos de clase si no profesionales.


2º Que además de la cuota de su afiliación los sindicatos reciban una cuota de quienes sin estar afiliado o afiliada se aprovecha del convenio y de las demás funciones del sindicato. En este caso sería una cuota de toda aquella persona que tenga contrato laboral y no esté afiliada debería pagar y que se distribuiría a los sindicatos según el método que se considere más justo. Este modelo tendría la ventaja para los sindicatos de que se cobraría más dinero que en el modelo actual, que podría sustituir la parte que paga el empleado en su nómina para la formación por esa cuota, dejando a los sindicatos que si quieren paguen de su dinero los cursos. Este modelo, bien desarrollado es el que me parecería más correcto.



3º El modelo Nórdico donde los sindicatos dan servicios exclusivos a su afiliación, algunos de ellos los paga aquí el estado, por ejemplo el cobro del paro o el servicio de las mutuas. Es un modelo vertical, que tiene al 80% de la población afiliada porque de lo contrario no acceden a servicios básicos, pero no me parece correcto porque implica una obligatoriedad de pertenencia con la que no estoy de acuerdo.



El tema de las subvenciones finalistas, es decir con una finalidad concreta, los sindicatos podrían concurrir, como cualquier ONG, asociación, fundación o la propia iglesia hace, pero eso será tema de otro texto...

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